viernes, 9 de diciembre de 2011

los del miedo



Somos del miedo como somos llenos de raíces de incertidumbre.

Somos los ulcerados de la duda.

El apetito es el miedo.

El apetito es el rostro del miedo.

El rostro es el pozo donde una mano miedosa se anida.

Somos los equilibristas del nudo ciego en las entrañas,

hundiendo pasos con pie de palo sobre un hilo.

Somos los repartidos por los múltiples senderos de la duda

que tejemos hasta enredarnos,

que cruzamos como equilibristas.

No importa que tan delgado es el miedo,

no se cortará la cuerda,

cada tirante esta fijado con las raíces de tu incertidumbre.

Igual te balanceas sobre noches masticadas por el invierno y los nombres.

Nombres que el miedo abre a la deriva y por la fuerza.

Somos los desbordados hijos del miedo,

los impregnados en las turbias aguas del miedo,

los refucilados con la luz del miedo,

los astillados con las raíces de la incertidumbre.

Los ulcerados de la duda,

los envejecidos de la duda,

los acunados en brazos de la duda cuando nos ladra el miedo.

Somos los amordazados del miedo,

los levantados de noche,

los fotografiados en territorio del miedo,

los endurecidos equilibristas a mitad de un hilo,

que cruzamos torcidos como un río,

cada hora


a cada paso

de cada desconcierto.


de Quince (2010) ed. Tinta de negros

martes, 11 de octubre de 2011

pie de foto

Esta noche en que todo es real, como un estado del mundo,
vivir es como una palabra mal pronunciada pero bien escrita.
El silencio es la palabra más corta y el sentido más extenso de la verdad.
Tomo el vino que otro sirve,
la música insiste en su complicidad de beber.
Las horas pasan de una calma a otra
como de un túnel subfluvial a otro.
Viven y mueren en la misma calma.
La tristeza ha crecido casi a la par de mi misma,
es precaria e iluminada como una casa humilde,
es tranquila y espaciosa como la nada absoluta.
Yo me ocupe de esta ausencia, viví en ella.
En esta noche en que todo es infalible
como el cálculo mortal de poner una piedra en el centro de una mesa,
la muerte es lo único pendiente.
Me siento en esa mesa que está detrás de todo.
La uso para llamar a mis muertos,
para rodearme de sus vicios,
para abrir la lluvia como el telón de un acto maldito.
En el centro de lo visible: lo invisible. Lo obstinado.
El que se dirije de todas partes, el bendito, el viajero
el que ensancha los caminos, el siempre mudo.
La piedra es blanca y está limpia porque ha sido desenterrada
de su corazón.
La tierra del corazón es antigua y es secreta.
Espero la herencia del padre,
montado sobre el león que mató al hijo.
El día es un animal sediento que viene a beber el agua
de mi corazón.
De dónde sacaré más agua?
De qué fondo o herida, de que hueco o trampa?
Brota como la sangre cuando es turbia y está lógica.
Nada que dice fluir dentro de un cauce es libre.
Todo es cárcel.
Me pinto,
y mientras lo hago pienso que este maquillaje
también es mi fondo.
Que nada hay detrás de esta piel que estos rubores no griten.
Los labios rojos marcan el camino del odio.
Los ojos están delineados pero la mirada sin delinear,
como un hilo oscuro que separa un resto de ceguera
que no despierta.
La sombra del mundo, su obstinado prejuicio empapa mis mejillas.
El tiempo es una injuria que ya no desmiento.
Mis manos de trabajar están atadas.
Mis manos de acariciar sin curtir.
Mi historia es una desmemoria de lo que no incluí en ella,
MI nombre es la exclusión de los nombres que no se atreven
a nombrarme.
Esta noche, desde este centro y esta mesa
emprenderé el viaje,
pero no será más que un detenimiento,
una inmovilidad a cuestas,
esta noche, en este estado del mundo.
Me ire al fondo de la vida para morir.
me ire por algo
que realmente me despierte
o por el simple gesto del irme.

martes, 4 de octubre de 2011

el señor es mi pastor

Y vos?
Que te pasas afilando los días al hueso pelado
de la ilusión?
Ya les sacaste el brillo de la locura?
comiste tu ración de injusticia diaria?
la pasaste con agua bendita?
Le rezaste a la virgen de los sicarios
antes de salir de casa?
Le pediste por el don del cálculo?
o le guiñaste el ojo al portero? cuál es tu cábala?

Jugaste tu número hoy? leiste el salmo del día?
"Aunque pase por el más oscuro de los valles,
no temeré peligro alguno"

cómo te costeas a la verdad?
Te persignas al cruzar la calle?
Te gatillaron el hambre?
te vendaron los ojos?
cuántos amuletos llevás?
un anillo, una medalla, un bastón, una prótesis,
a quién le vas a hechar la culpa de tu suerte?

Señor, hagase tu voluntad, decís?

Y vos?
que pasas la moto al ras del tren?
qué te haces? el galán, el matón, el grandulón del miedo
el domador de espectros?
Le soltas la manito a la fatalidad,
te haces el que te caes,
jugás a contenerte la respiración de la muerte?
La impotencia te seca la boca?
la rabia del mundo se te pegó al paladar como una cáscara?
Te pica?
Querés vivir o querés morir espectacularmente?
señor!:
Me has preparado un banquete ante los ojos de mis enemigos

Mirá que el tiempo de los vivos no es de los muertos.
Te vas a quedar ladrando a tu bronce
mientras acá
otro se va a tirar de un piso más alto
va a tomar de rehen a sus hijos,
degollará a la suegra,
se cortará sus partes,
Te va a ganar el titular de la tarde.

Mejor, con vos
llevate unos cuántos
esa es hoy la clave
de la exitosa muerte.

Aunque

El Señor es mi pastor, nada me puede faltar

nisiquiera la cordura.

viernes, 23 de septiembre de 2011

La parte más honda

Olvidar
o dormir
el súbito instante
en cuyo sueño,
se sueña la vida que jamás tendremos.

Aquí arriba
reina la memoria de este día
como un dios
que todo lo ve,
menos a su dios.

Allá abajo
el animal que enterré
se ilumina
tan brillante como un diente de oro.

Lo que escondí
en lo más hondo
hoy
abre sus ojos

flota en los mares.

martes, 23 de agosto de 2011

Algo sobre mi padre


Todo tiene solución exepto la muerte
-decía mi padre-
Aunque claro, decía esto cuando estabamos del mismo lado
cuando pensaba una solución para no irse.

Ahora él está muerto.
Qué dirá de la muerte ahora?
quizás no piense soluciones,
porque la solución de la muerte es otra muerte
eso lo digo yo,
que me quedé aquí, de este lado

Nunca más supe de él,
No tuve apariciones, ni ruidos, ni sueños
perturbadores.
Quizás él, en su lado esté vivo,
y piense que yo estoy muerta en otro lugar.
Quizás espere de mi apariciones, ruidos
y sueños perturbadores.

Quizás los dos ya no buscamos soluciones,
y sólo hayamos quedado en medio de una fe
espalda con espalda,
sin darnos vuelta a mirar
que somos uno
que no se encuentra.

jueves, 4 de agosto de 2011

la culpa


De vez en cuando un nudo en las cuerdas vocales
Restos de un misil en las entrañas de los ojos
Coserse las heridas con un hilo tristísimo.
Fijar la mirada en el retrovisor del pasado
y quedar con la boca mordida por un perro
con cicatrices donde nadie hubiera imaginado pozos.
Si pudiera dejarme sobre la mesa
como dejo una llave,
enterrarme en la tierra de las plantas.
Si pudiera llamarme Juan
pero hay demasiados Juan
Uno que pide limosna, otro que pone la mesa,
otro que va a la guerra a lustrarse las heridas
o apoya su oído en la pared para sentir la música.
Si pudiera bañarme con la ropa puesta.
Arrancar la sangre eficazmente edificada.
De vez en cuando vivo en este castillo de arena
me revuelco en las extremidades de los días,
o caigo con un solo hueso hundido
o calco tu mano deshecha en la mía.
Si pudiera levantar el error como levanto una piedra,
llevar la piedra y el error hasta el río,
aunque no hay río en el desierto, que nada ha leído
de la piedra y éste error.
Abrirme por la espalda y rellenarme yo sola,
De pura loca ausente, de pura muerta perdida.
De vez en cuando la viga en el ojo.
Esto de quebrarse al ras como una uña al borde de la carne.
Esta es la culpa que todos miran y hablan de cerca
pero están lejos,
del otro lado del río y de lo trágico.
Si pudiera huir de a pedazos,
pero no soy una muñeca de trapo mordida por un perro
aunque sí me duelen las costuras con hilo tristísimo
y llevo la culpa que todos miran
aunque no pueda dejarla como dejo una llave.
Tampoco me llamo Juan,
pero a gritos lustro las heridas de guerra
y llevo un misil,
donde nadie hubiera imaginado pozos.


De La vida en que sueñas

lunes, 1 de agosto de 2011

Dicen que el miedo habla de noche


Dicen que el miedo habla de noche
que si lo escuchas
le crecen alas,
y se convierte en el pájaro de la inquietud

Dicen que el pájaro de la inquietud
canta a los muertos
que si lo alimentas
pide por ellos
les habla en su idioma

él te ofrece su perdón, su rostro,
un huesito para gastar a escondidas.
Te exige más semillas.
Y vos,
que no tenés más aliento que la fábula del poema
su dolor, sus contracciones,
que no recobras nada de la vida
tras el sueño,
Qué haces?
Salís a buscarle pan, resurrecciones.
algún alpiste.
Con ramitas de tu culpa le sueldas una jaula
para que no se escape.

Crees en él como en un dios
el señor que pastorea en tus entierros
y come de tu insomnio.

Le basta con que de vez en cuando
le converses,
le hagas escuchar de tus desgracias,
le subas el volúmen por las noches.

Porque el miedo canta de noche,
con el idioma de los muertos
y vos,
lazarillo envuelto en la gloria de su amo,
por algo,
por algo le entiendes.

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Azar y fatalidad
no se parecen.
Uno busca el azar como una llave mágica.
Le hace tomar partido,
le pone una silla,
le deja ofrendas, un vaso con agua,
tabaco, oraciones.
Se paga, se vende, se regala
para obtener de él
una raspadita,
un numerito
de su antojo.

La fatalidad te busca, te elige
es un yuyo que desde el patio
espía tu casa.
Un yuyo que nadie sembró
y que a nadie molesta
pero que un día
crecerá,
será una planta gigantezca
que de pronto
entra a tu casa
por la puerta del fondo.

lunes, 18 de julio de 2011

El poema es sólo esto

El poema es sólo esto.
La galletita del enfermo,
el vaso con agua del moribundo,
la propina del que abrió todas las puertas,
la visita del preso,
un techito para el insolado,
la masturbación del viudo,
el trueno en la sequia de toda una vida,
un remo en el oleaje de los hombres,
el primer canto del gallo,
la medalla en el respaldo del agobio.
No le pidas amistad, resurrección, cuidados de enfermera.
No te dará apellido, vacaciones, hospedaje.
No le des conversación.
El poema abandona tu oscura importancia
te convierte en su rehen, su leña, su mascota,
en alguien que abandona sus certezas
para hundirse en el desierto
en señal de espejismo.

lunes, 4 de julio de 2011

¿Quién te persigue?

Quién te persigue?
Dios, el tiempo, la fatalidad, el miedo,
la tentación, el soborno,
una misión
alguien que huye?

Qué vas a decir cuando te encuentre?
Que no estás
Te harás el muerto
para que la muerte no te alcance
te desvivirás para no vivir
Dónde vas?
Al lugar de tus poemas,
al frenesí de la vejez?

Qué hay al final de todo?
una puerta, un espejo, un borde.

Qué es la reencarnación?
Un hueco al fondo de dios?

Qué te impulsa?
el viento, los brindis,
la curiosidad, el deseo,
la marea de los hombres?

Qué te retrasa?
el error?
la invalidez, la mediocridad,
el juego,
las incógnitas?

Qué das de comer a esas palomas?
Qué de tu paz, qué de tu desolación o tu espera?

Qué belleza nos embellece y cuál nos da el consuelo?
En otra vida leeré los poemas que hoy escribo?

Lo real va por detrás de la visión
y la visión por detrás del sueño.
La mirada siempre está un paso adelante.
El sueño es
inalcanzable.

martes, 31 de mayo de 2011

se habla cada vez con más certezas

Así, como el color del humo presume la voracidad del fuego.
o el cauce de un río, su arrebato.
por cómo naces se adivina el carácter
por la línea de tu mano los hijos que te esperan
por la forma de tu cráneo la inteligencia
por el ancho de tus huesos, tu fortaleza
por tus actos la magnitud de tu entierro
y por tu cadáver la demora de tu olvido.

lunes, 9 de mayo de 2011

Al dios rey de la palabra

Aunque perseveres en tus gritos
de caótico semidios
y sientas crecer en cada renglón
la gracia de tu carne,
no llegarás más alto,
que ese hombre de rodillas,
que todas las noches,
abrazado al honor de su vasta memoria,
implora en su aliento,
el poema o el infierno,
que merecer
por la mañana.

jueves, 7 de abril de 2011

Elipsis - Elena Anníbali

Mi padre sembró a mi madre, y la noche era como magia de cuervos:
algunos rezaban en el campo, entre las verduras,
arrodillados, con vestidos azules, y tocados de novia.
Algunas viejas secas, sostenían el rosario.
Mi madre, que soñaba con sembrar tomates, se abría de piernas,
y emulaba, en los ojos, los guiños de los pájaros,
piaba, maldecía, se frotaba contra mi padre,
como contra un vidrio resplandeciente y fresco.

Y todo eso pasó en una noche.

A mis diez años, me sentaron en una silla a observar los corderos,
sus sacrificios graves, de donde sacábamos la carne de comer,
morada y mística, en comuniones vibrantes y olorosas.
Luego las habas, los duraznos llamados corazón de buey,
y el sudor terrestre de las axilas de los peones,
sus oscuridades de pomelo, agrios y sexuados,
sobre los caballos.

No me brotó la adolescencia líricamente.
Me aterrorizó la sangre,
los pechos escapándose de la sutilidad de las blusas,
los muslos apretados contra las faldas, y contra los hombres,
las poses de amar y olvidar,
el rito floral y húmedo de la masturbación
y muchas casas para ausentarse hasta ser mujer,
de pie, sola ante y con el mundo.

A los 27 me llaman los muertos desde abajo,
y yo no respondo, me enfermo de realidad,
quiero ser lo cotidiano, el pozo de aguas sucias,
los chicos de la calle con el corazón a media asta,
la miseria de Dock Sud, el hambre de los perros,
quiero ser Buenos Aires, con su inmensidad,
con sus pangramas de piernas y de brazos,
quiero ser ese hombre último que recuerdo de ayer,
el Chevrolet rojo apretando dos ojos azules en la distancia,
para enseñarme el don de la espera y la fatiga.


www.chemadamme.blogspot.com

martes, 5 de abril de 2011

Eda María Nicola

De los pequeñísimos filamentos nerviosos de mi carne

Escribir es matar, es meterse con cuchillos en el amorfo
secreto del lenguaje, es ir a ese río vivo de formas en germen,
es ir con cuchillos, con navajas, con rifles, con escopetas,
con mira telescópica y anzuelos y puñales y hacerlo sangrar y
estremecerse, romper, quebrar, desmenuzar sus pedacitos inciertos
para poder sacar una piedrita blanca que limpiamos de desperdicios
y ponemos en una hoja en blanco como ponemos a los muertos en las
tumbas, como asesinos seriales que atesoran despojos, nuestros
poemas y nuestros muertos nos acompañan, son tibias presencias
que murmuran turbios secretos, y escuchamos, si escuchamos,
con el cuerpo, esta oscura materia de suplicio.

jueves, 17 de marzo de 2011

rabia de perro solo

IV

La soledad es una joven difunta dueña del perro
que muerde a su amo, pero el perro
cuida a su dueña del amor del prójimo,
como todo animal que aulla a la desgracia.

sábado, 5 de marzo de 2011

El hijo perdido

En este único día
en el que algo muere o se confunde
la mano que meció tu cuna
hoy levanta este puñal
este tabú
Su oración y su sable.

Hoy te llama, el hijo perdido.

Hoy viste su uniforme de vida temerosa
Hoy se arrepiente, se retuerce, hoy se espanta
Hoy sale por ti
como el cazador
por la más infiel de sus palomas.
Desde su sangre más remota
con la memoria calcinada
y una música oscura que late en su cuello
una madre
extirpa tus demonios
Te estrangula con el pecho
que ayer te amamantaba.

Es la sal debajo de su lengua
El prejuicio que enluta toda su fe
Un voraz instinto que la obliga
que absurda y peligrosa
río abajo la lleva
a sanar a rehacer o traerte de vuelta
A quitar el aire
a cocer su propio vientre.


Alguien que te ama te apuñala
Alguien que enciende la luz ilumina tus desgracias
Luego se esconde y reza como loca.


Te susurra, te aprueba, te conversa.
Esconde los dientes
Algo nuevo le nace, te chupa la piel, se desvanece,
te libera
Te enfrenta al espejo
donde aún mira su herejía.

Te canta el evangelio del hijo torcido
Te habla con una grieta en su frente
con la voz vuelta un nudo en su cruz,
un collar de esquirlas y dragones.
Te absuelve con la facultad del todopoderoso,
Te acorrala, te ata, te desnuda
mira en tus genitales lo incorrecto
Te cubre, te abraza, te flagela
Desde su corazón inmóvil te grita,te llora, te parte.
Te perdona, te besa, te atropella
Llama a los demás cazadores
Les muestra su presa redimida,

Ellos,

te arrojan al mar
te anotan en la lista de los hijos perdidos.

lunes, 17 de enero de 2011

Andrea Cote Botero - La merienda

También acuérdate María
de las cuatro de la tarde
en nuestro puerto calcinado.
Nuestro puerto
que era más bien una hoguera encallada
o un yermo
o un relámpago.

Acuérdate del suelo encendido,
de nosotros rascando el lomo de la tierra
como para desenterrar el verde prado.

El solar en donde repartían la merienda,
nuestro plato rebosante de cebollas
que para nosotros salaba mi madre,
que para nosotros pescaba mi padre.

Pero a pesar de todo,
tu lo sabes,
habríamos querido convidar a Dios
para que presidiera nuestra mesa,
a Dios pero sin verbo
sin prodigio
y sólo para que tú supieras,
María,
que Dios está en todas partes
y también en tu plato de cebollas,
aunque te haga llorar.

Pero sobre todo, María,
acuérdate de mí y de la herida,
de antes de que pastaran mis manos
en el trigal de las cebollas
para hacer de nuestro pan
el hambre de todos nuestros días
y para que ahora,
que tú ya no te acuerdas
y que la mala semilla alimenta el trigal de lo desaparecido
yo te descubra, María,
que no es tu culpa
ni es culpa de tu olvido,
que es este el tiempo
y este su quehacer.

martes, 4 de enero de 2011

Siamesas


“Dos mujeres caminan por la calle / sugiriendo efecto mariposa, terremoto y oleaje inmenso”
Andrea Cabel


Dos mujeres
Con temor a devorar
su misma carne
tejen el muro sanguíneo
del espejo,
Tiran de idéntica cuerda
Y levantan su rostro al unísono.
Antiguo dolor compartido
sin partir
de un viejo parto.

Dos mujeres desmoldadas
de un algo que perdía
ya mantos con huesos
de niñas rotas
vueltos a nacer
pero entre sí cocidos
por los indecibles nacimientos
del karma

Ensamblaje infantil
de una en una,
una en la otra,
otra del adentro,
una de sí misma,
que es su otra embutida
en sola salada sangre
que pasa por distintas venas
gritando
la distinta herida
de único retrato.

Una llora (de un solo lado)
la desdicha
que la otra lapidaria bebe
en el silencio.

La otra siente en el alcohol
de su ebria hermana la alegría
y canta
lo que ésta enmudece con espanto.

Pero gustan de hombre diferente,
y cortan su pelo
con peinados otros
que sueñan lucir en la cita a solas

Han seguido vivas
congestionadas por el ansia torrencial
de los desprendimientos

de su sola sombra

Solita sombra arrastrada
por los giratorios rayos
de sus acopladas luces


Morirá una
en la carne de la otra
sujeta al lomo
de su pena semejante
a su hermana sin frontera.

Mubarak

  “Antes un cubo de agua era más valioso que nuestros propios hijos" Tovognaze Lavo la sangre de mi periodo en agua color café La...