viernes, 19 de julio de 2013

Robar de un blog, violentar una puerta, no tener escrúpulos, figuretear, demasiado para una sola bolsa


Ayer, vi transformarse lentamente la indignación en rabia y finalmente en desilusión, y recuerdo una pregunta muy frecuente que le suelen hacer a los autores,cómo escribís? si es una pulsión o se sientan a crear, a macerar? Pregunta ingenua ante estos hechos, porque de última, se crea? Cómo?
Dirán estos personajes cómo crean? Dirán que pican fino o no tanto los versos de algún blog perdido en la red para rellenar su álbum, más que literario, mediático? 
Qué sería un blog entonces? Un sitio fresco donde venir, sentirse a gusto, tener lecturas, paisajes diversos, donde poder sentirse seducido o confrontado, o es una pila, un contendedor de imágenes donde venir a dar una palada bruta, con más de gula que de afinidad, llevando lo que me resulta atractivo, ingenioso, efectivo a la vista, fácil de manipular, una palada, ya dije, al fuego para trasladar hecha carbón, claro está, con el fin de soplarle las chispas, imagino yo, armando sobre la mesa cual recortes de diario, teniendo bien estudiado donde cortar la frase para que no sea tan obvio? Esto es también parte del oficio?
Reitero, no se trata de la recreación de un texto, de nuevas respiraciones, otras preguntas, citando las fuentes, aludiendo el préstamo con cursivas, negritas o epígrafes.
Y cómo uno puede sentirse si además de descubrir el modus operandi, es decir los  textos del blog perfectamente seccionados y vueltos a ensamblar de un modo obviamente inútil, porque no responden a una recreación,  por lo tanto las piezas de un reloj desarmado no pueden servirme para construir un teléfono, aunque aparentemente el timbre sirve y suena, al menos para la vanidad, porque además, descubro con mucha más desilusión, que esa persona no es un aficionado (prejuicio si los hay) es un poeta de Bs As, que dicta un taller literario, avalado, de alguna forma legitimado por varios sitios de poesía, reconocidos, que difunden la obra de muchos y buenos poetas y los ensamblajes de este personaje.
Las cosas quedarán aquí, yo seguiré mi trabajo, más por una cuestión de energía, no quiero perderla en esto, pero la ideología no la abandono, (digo porque sorprendentemente se me sugiere no hacer una historia de estas cuestiones, ya que uno es más que su obra, y debe trascenderse a sí mismo, porque la poesía es un largo poema hecho entre todos, bla, bla, admiro mucho ese yoga mental de algunos, deberían realmente como dijo un poeta amigo no seguir firmando sus textos, ya que en definitiva, no tendría sentido la procedencia sino la finalidad); no abandono la certeza digo, de que uno debe defender su labor, es incuestionable, la poesía se reescribirá muchas veces, porque todo ya está dicho, pero por lo menos defendamos la originalidad,  la orfebrería que da esos trazos únicos, esa sutil distancia que hay entre cada uno y que nos patenta.
Porque cuando no se tiene la suerte de la sofocación, del rapto prodigioso, ni de la visita de un duende, cuando se debe salir a cazar el poema, cuando se construye engarzando lo precioso de las experiencias con lo precioso de las lecturas, de sus desfribrilaciones y sus conmociones, uno termina preguntándose en qué consiste el oficio de la poesía o mejor dicho cómo se escribe poesía, qué es la mala poesía y quiénes los malos poetas.
 Para mí y para muchos que no tenemos otras vocaciones que consuelen el hambre, que no nos reconfortamos de otros costales, que sacamos de aquí, y solo de aquí para la dicha, de aquí para el vértigo diario, para la subsistencia,  atravesando despropósitos, sed, inconsistencia, confianzas que se fatigan y tiempo que huye, que un poeta lleve de tus piedras y encima no las convierta en algo mejor, es como un velador que te robaron del living y lo tienen puesto en la ducha, un electrocutamiento, un patadón en la ingle. 

Mubarak

  “Antes un cubo de agua era más valioso que nuestros propios hijos" Tovognaze Lavo la sangre de mi periodo en agua color café La...