El cuarto de huéspedes es pequeño y sin llave
Ropa vieja, bolsos de viaje
Salvo por un cuadro de la tribu Maasái
Nada presumiría aquí lo salvaje
Dos hombres trepados a un árbol
en medio de la noche
hacen sonar sus dedos
para que un ciervo no identifique su habla
Los chasquidos encajan mejor en la naturaleza
El ciervo nada oye
y es parte de la naturaleza de este cuarto
pequeño y sin llave
practicamente mudo
si no fuera
Por ese viejo placard
que cruje en medio de la caza
llamando a sus huéspedes
aunque aquí la noche esté desperdiciada.