No pude cumplirte Carlos, aún escribo
la vida se tuerce como el cogote de un cisne
y yo sigo con mi frasquito bajo el sangrado
Si fuese arquitecta o costurera
hubiese trazado el mismo blanco
el pozo de mi padre
por el que no he dejado de caer
Podría ser
dueña de un video club, vendedora de Gigot,
en las hojas de cálculo yacerían entablillados
fragmentos de la propia extracción
el saldo infeliz de un cálculo brillante
De cualquier forma, escribiría
compensaría a mi madre por ciertas palabras crueles
luciría este concepto penoso del amor,
y el olfato finísimo de animal
que abandonado muy lejos
de lo único que entiende
sabe orientarse
puede volver