No
es la explosión ni a quién elige
es
lo desprevenido
Una
pareja da vuelta el colchón como una canoa
Una
niña busca la fibra bajo el sillón
Una
anciana ovilla su lana frente al fuego
Cae
la bomba
Frivolidades
que nos ven pasar
y anhelan
ese fresco torrente de la sangre
y anhelan
ese fresco torrente de la sangre
La
serpiente que se desentierra en los otros
ansiando el jugoso rencor de nuestros dedos
La
pericia está en lo desprevenido
No
es el calibre del arma
No
es la postura del tirador
nisiquiera
es el entusiasmo por el fuego
Es
soltar inesperadamente
Ganar
en profundidad y no en impacto
Dominar
esa arteria mayor
asumir
que va a desangrarse
Te
despierta la arena que un camión descarga
Mermas
el fuego al té
Llega
el mensaje