Esta noche en que todo es real, como un estado del mundo,
vivir es como una palabra mal pronunciada pero bien escrita.
El silencio es la palabra más corta y el sentido más extenso de la verdad.
Tomo el vino que otro sirve,
la música insiste en su complicidad de beber.
Las horas pasan de una calma a otra
como de un túnel subfluvial a otro.
Viven y mueren en la misma calma.
La tristeza ha crecido casi a la par de mi misma,
es precaria e iluminada como una casa humilde,
es tranquila y espaciosa como la nada absoluta.
Yo me ocupe de esta ausencia, viví en ella.
En esta noche en que todo es infalible
como el cálculo mortal de poner una piedra en el centro de una mesa,
la muerte es lo único pendiente.
Me siento en esa mesa que está detrás de todo.
La uso para llamar a mis muertos,
para rodearme de sus vicios,
para abrir la lluvia como el telón de un acto maldito.
En el centro de lo visible: lo invisible. Lo obstinado.
El que se dirije de todas partes, el bendito, el viajero
el que ensancha los caminos, el siempre mudo.
La piedra es blanca y está limpia porque ha sido desenterrada
de su corazón.
La tierra del corazón es antigua y es secreta.
Espero la herencia del padre,
montado sobre el león que mató al hijo.
El día es un animal sediento que viene a beber el agua
de mi corazón.
De dónde sacaré más agua?
De qué fondo o herida, de que hueco o trampa?
Brota como la sangre cuando es turbia y está lógica.
Nada que dice fluir dentro de un cauce es libre.
Todo es cárcel.
Me pinto,
y mientras lo hago pienso que este maquillaje
también es mi fondo.
Que nada hay detrás de esta piel que estos rubores no griten.
Los labios rojos marcan el camino del odio.
Los ojos están delineados pero la mirada sin delinear,
como un hilo oscuro que separa un resto de ceguera
que no despierta.
La sombra del mundo, su obstinado prejuicio empapa mis mejillas.
El tiempo es una injuria que ya no desmiento.
Mis manos de trabajar están atadas.
Mis manos de acariciar sin curtir.
Mi historia es una desmemoria de lo que no incluí en ella,
MI nombre es la exclusión de los nombres que no se atreven
a nombrarme.
Esta noche, desde este centro y esta mesa
emprenderé el viaje,
pero no será más que un detenimiento,
una inmovilidad a cuestas,
esta noche, en este estado del mundo.
Me ire al fondo de la vida para morir.
me ire por algo
que realmente me despierte
o por el simple gesto del irme.
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Necesito ser adulador: SOS GIGANTE. De otra forma no podría explicar: "El silencio es la palabra más corta y el sentido más extenso de la verdad."
ResponderEliminarNada que dice fluir en un cauce es libre. Lamentablemente todo es cárcel, como bien versan tus letras.
ResponderEliminarVolveré por más de tu poética.
Salud!
Fuertísima palabra...decir profundo, pensado, sopesado, siempre. Bendiciones, Alfredo
ResponderEliminarQué mas decir! decirle! siempre disfruto muchisimo de leerla. no se por qué hacía tanto no la visitaba. Me encantó, al igual que los comentarios anteriores, las frases que recalcaron que encantaron. La que me cautivó y congeló por un segundo fue esta:
ResponderEliminar"Brota como la sangre cuando es turbia y está lógica."
Abrazos!
Te leo
ResponderEliminary me voy
al fondo de ti.
Besos :)
Maravillosa tu escritura, Laura.
ResponderEliminarHermosa tu manera de comunicar ese intimismo que anima tus letras.
Enhorabuena
Un abrazo
Ana