Dónde marca la bestia el amor por el cisne?
Morder es saciarse. Asfixiar es
restablecer.
Nada como forcejear con las cosas por
sus angosturas,
por sus respiraciones.
No podemos besar sin succionar. No
podemos poseer
Sin torcer, sin estrangular.
El cuello es una erupción sin fin, jamás se enfría.
La pasión es respiratoria y es ronca
El placer es estrecho
El orgasmo es un cogote vuelto al revés
con su lengua afuera.
El animal de los celos
tiene hambre
Lleva la fatalidad en su regazo
como
un recién nacido
Cuida su cabecita de golpear con la ceguera
Ay tempestad de la sin razón!
mis mános están húmedas porque él las
lame
ha visto en ellas dos hijas pródigas
algo fallido
algo fallido
Ha conservado su intención
Ha borrado la entrega
Ha borrado la entrega
Eres un torbellino...Y esos dos primeros versos...por dios!!! Bicos hermosa!
ResponderEliminarAdoro la idea de conservar la muerte como una forma suspendida dentro de la vida misma.
ResponderEliminarCada vez, te tengo más miedo, Laura.
Besos.
sed y hambre, eso es lo que provoca leerte. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Para reflexionar! me ha gustado mucho, igual que todo el blog.Saludos.
ResponderEliminarEste poema es una pequenia pieza de orfebrería (en el mejor sentido posible de lo pequeño y de la orfebrería).
ResponderEliminar