Estás solita? Me preguntás
No, estoy con Hugo que ha venido a
pintar la sala,
a lavar la cara
de su dios malo, en un precario acto
de su dios malo, en un precario acto
Un soldado corpulento con rostro de
insecto lo observa
Lijar con fuerza,
desprender el seco aguijón de un muerto
la vulva de un fantasma que esperó salir
ser acariciado
Cubre el piso del goteo
con diarios viejos,
con obituarios
de gente que goteó aquí
su última lava
El color es beige y es cálido para este
monte
Ha prendido la radio
La música tapa el crepitar de los peces
La pared absorbe como el lecho de un
pantano.
Debajo de los cuadros las manchas son demasiado oscuras
Pasa la brocha
Deja sin orqueta a las palomas de la
putrefacción
La muerte es un tabaco que impregna el
pelo y las manos.
Estás solita? Me preguntás,
y qué haces?
Leo sobre la muda de especies tras los
incendios del lunes
Veo aquí una constelación de hombres
que emigra
en pleno mañana,
como murciélagos.
Pienso,
qué es el
color beige para una habitación sin luz
y qué pensará de este precario acto
la noche
Dudo entre aplaudir o quitarme el sombrero. Porque mis manos no son lo suficientemente sonoras, ni mi cabellera lo bastante resplandeciente para un poema como este...
ResponderEliminarLaura: dios te bendiga y maldiga a la vez, como hago yo, como queremos hacerte todos. Vos le hacés un altar a la poesía y lo destrozás, al mismo tiempo.
ResponderEliminarPonés bombas a mansalva, tenés hijos color beige y noches como esta tarde donde se me acaba de romper lo que me quedaba de vida.
Cómo no amarte, Laura...
Hermosa mía... Te quiero. Que puedo decir después de leer esto.
ResponderEliminarLa noche envidia la precariedad del beige, porque no podrá ser como él.
ResponderEliminarsoy una oscura de mierda lo sé. Gracias por entender y gustar y venir. un abrazo fuerte a todos.
ResponderEliminarDe mierda???? Si hasta a la luz le gusta recogerse entre las sombras, ¿tú crees que sino se dejaría????. Beso, mi Lau...
ResponderEliminarTengo un corazón verdadero desde que el espejo de Laura me dijo despierta.Y tan contenta y tan dolida siempre vendré a peinarme las pestañas con tus versos.
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