A esta hora los autos ya no pasan.
La noche se ha fundido al pulso en las muñecas
Te has sentado a mi lado.
En el vientre de la presa un rifle
erguido se ha reflejado
Acaricias la cabeza de mi bestia
mientras atas tus fieras a la reja de mi
corazón.
La casa vibra en el agua. El agua vibra en el vaso
En el vaso puede verse el nudo de nuestras piernas
trenzadas en un mismo tronco
La balsa tiene una grieta y ha entrado el mar
Me muevo dentro tuyo y veo un barco que
se hunde
Pienso en Alaska
En peces tibios en una casa
envuelta en temblores
En sábanas húmedas azotadas por el
viento norte
a punto de soltarse.
Imagino las gotas que estallan en la
tierra suelta
en el ansia por el barro.
Llegás antes que yo
y entre la muerte
que ahora existe para vos
y la que aún no existe para mi, un árbol
crece
Hay un niño a la sombra de lo que no fue
sembrado.
Porque en este barco no hay tripulación
Es una arteria oscura donde una
serpiente navega
Es un lago que ha muerto a su cisne
y lo mantiene a flote
Vuelvo a entrar
La muerte ha abierto tu boca y esta vez
sopla
Me ayuda
a invocar la vida que no hay.
Después de este siento que me he quedado sin calificativos para tu poesía. Sólo me salen cosas como apabullante, brutal, monumental. Voy a tener que poner más de mi parte para no repetirme....
ResponderEliminarHay un niño a la sombra de lo que no fue sembrado.
ResponderEliminarCertero remate final.
ResponderEliminarBesos.
Tremendo, Laura. Sos mi ídola personal.
ResponderEliminarLaurita! Pones color en el abecedario del infierno. Y tu cielo, el TUYO, que en realidad sos vos misma, salta y asfixia sus estallidos. Le ponés límites. Lo dominás. Y nos permites ver la batalla silenciosa.
ResponderEliminarMe gusta esto que dice Mercedes, "ponés color en el abecedario del infierno" y la verdad que tu poesía viene también con tu voz,( al menos para mí ) lo que agranda la palabra desde esa intensidad tan tuya.
ResponderEliminarBeso Lau
Lily Chavez
La pucha, Laura! Me dejaste sin palabras.
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