martes, 25 de marzo de 2014

ahora que vacilamos


Ahora que vacilamos 
como dos trozos de madera en el mar
prudencialmente el oleaje nos distancia
a una medida en la que podemos sentir
la resignación
una fuerza de tempestad mayor a nosotros mismos
la respiración del destino 
que nos quiebra
Algo insiste entre nosotros
y con esa ansiedad alimenta este muerto
porque lo perecedero se impregna mejor en el vacío
Lo sabemos nosotros y ese perro callejero que desgarra 
el sabor de lo deshecho



3 comentarios:

  1. Este poema sería un buen tango.....Sobre todo los cinco últimos versos. Casi los leo con voz arrabalera....Beso amiga!

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  2. desoladoramente hermoso... coincido con Vera... sería un tango genial, de una

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